jueves, agosto 18, 2005

LA MAGA NO SE RINDE 2

Cabo Polonio, 1 de enero de 1960. anoche pedí un deseo, mientras me tragaba las doce pasas de uva: quería que se acabase mi memoria, para poder empezar el año y para siempre, con la fuerza que alguna vez tuve. estaba en medio de la reunión de gente que se encontró en la arena para festejar, y cuando faltaba mas o menos media hora, me vi por un instante, como si yo, no fuera yo. me vi desde afuera, y fue tan ridícula la imagen, que me enojé conmigo misma. había un tipo entre la gente. tenía aspecto de ser de la ciudad, de montevideo o buenos aires. tenía un absurdo traje deportivo color crema o algo así, sin corbata, sin zapatos, con una copa de cristal en la mano, que parecía haber traído en el bolsillo. me miraba de reojo, como al descuido, haciendo caras y caretas de seducción. me cerré en mi misma, para no verlo. me molestó no rehuir su mirada. para contrarrestar el maleficio, busqué la posición de antonio, y lo encontré, en medio de la masa, riendo alegre, con su botella de sidra barata sin abrir, haciendole fiestas a una señora medio fea que lo miraba extasiada, como si fuera algún dios griego que aterrizó en su patio. me enojé todavía más, porque era yo la que permitía todo ese flirteo, para sacármelo de encima. de repente, quise pararme y acercármele, para poner mi sello en ese objeto de deseo popular, y no pude. no conseguí pararme, como si romper ese círculo vicioso de seducciones, fuera imposible a esa altura de la película. alguien comenzó a gritar que eran las doce. manoteé las pasas en mi bolsillo, sintiendo una sensación extraña de levedad. ..................................................................................... y entonces, mientras miraba hacia el suelo, ví los dedos de antonio, enterrados en la arena frente a mí. me dio la mano para levantarme, como siempre lo hizo, por su naturaleza caballeresca. pero, de repente, sus ojos se cruzaron con los míos, como tal vez, nunca se habían cruzado en tantos años, y ví que fruncía el ceño en un gesto desconocido, como si me dijera algo sin palabras. y me ví, allí frente a frente, con esa máquina de trabajar tan perfecta, bajo esa camisa tosca, un tanto sudada, con el cabello un poco largo y descuidado cayendo en la frente bronceada por el sagrado sol de los carpinteros, que estuvo sosteniéndome durante todo este tiempo, sin un pedido ni un reproche, escondiendo su carencia, manteniendo una mujer que lo ignoraba, y que jamás le dijo que lo amaba ni dio lugar a que se lo dijeran. ..................................................................................... y me ví, tan pero tan lejos de quién fui, y tan pero tan cerca de quien odiaba, me ví tan parecida en mi actitud idiota con horacio, me dí tanto asco y tanto miedo, que comencé a temblar mientras tragaba mis pasas y me sobresaltaba con los fuegos artificiales. ..................................................................................... antonio me frotó los brazos, creyendo que era frío, y yo me descubrí pidiendo con la garganta cerrada en un llanto que nunca salió, que fuera feliz al lado de ese hombre, porque yo me lo merecía y sobre todo porque él y mi hijita también merecían tenerme de vuelta al mundo de los vivos. ..................................................................................... y hoy, sentada en la arena, sola, siento que este es mi mundo verdadero. sensaciones, sol, mar, paz, y dos personas que me esperan para comer pescado frito que compraré de esa pareja de pescadores, para almorzar. tal vez no dure tanto, tal vez sean unas horas. tal vez no vuelva a ser feliz 15 horas por día como antes, pero 15 minutos es mejor que nada. 15 minutos en 24 horas seran como casi dos horas por semana, lo que ya es bastante, y en un mes será ocho horas, que sumado a las ocho que duermo, dá casi medio día de felicidad soy feliz por anticipado, por saber que seré con seguridad, medio día feliz por mes. quién sabe si me esfuerzo, puedo acumular un minuto más por día. eso sería como ahorrar para cuando tenga una bancarrota emocional. juntando minutos, puedo talvez tomarme en algún momento unas vacaciones de la tristeza. ..................................................................................... tristeza? qué extraño! ya no me siento triste. creo que puedo decir que consigo ser feliz una hora entera por día... ..................................................................................... no me rindo, la maga no se rinde. la maga no se rinde. FIN DE LA PARTE UNO

1 Comentarios:

Blogger Roberto Iza Valdés dijo...

¿Un esbozo en la procura de color?
Eres preciosa.

viernes, 18 de noviembre de 2005, 7:41:00 p. m. GMT-2  

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