sábado, septiembre 03, 2005

15 – Relatório interno

"... - Es muy simple, toda exaltación o depresión me empuja a un estado propicio a lo llamaré paravisiones es decir (lo malo es eso, decirlo) una aptitud instantánea para salirme, para de pronto desde fuera aprehenderme o de dentro pero en otro plano, como si fuera alguien que me está mirando (mejor todavía –porque en realidad, no me veo- : como alguien que me está viviendo) - ..." Cap. 84. Rayuela. Julio Cortázar. ************************************************************************************* buenos aires, 28 de agosto de 1958. se me muere el vocabulario, las ganas de cualquier cosa, de reir o de vivir. me siento almidonada. ..................................................................................... cómo puede ser que una persona que me hace tanto mal, no me la pueda sacar de la cabeza, como se saca una borrachera, o una sobredosis de chorizo? porqué no puedo vomitarlo para exorcizarlo de una vez? ..................................................................................... porque no consigo evitar que gradualmente se me apague la luz de la alegría, la risa? si me hace mal, entonces porqué no me inmunizo, me vacuno de una vez contra ese parásito de biblioteca, que ni siquiera tiene una vida propia, una sangre propia, que no sea la de alguien para chupar, porque no sabe vivir si no es a través de las ideas de los otros, o de la voluntad de los otros, o de las ganas de vivir de los otros? ..................................................................................... yo sé que nací para ser feliz, y no importa ni un poco, que el destino insista en hacerme zancadillas para que sufra, porque sé que siempre voy a salir, siempre salgo. ..................................................................................... es nada mas que ahora, el estúpido y maldito tiempo no pasa lo suficientemente rápido para que yo olvide esa pesadilla, o entonces, no soy amada lo suficiente para conseguir sepultar lo macabro de esa época, o entonces yo me quedé como la lucy de drácula, no solo sin sangre, sino contaminada con su enfermedad morbosa de desesperación existencial y falta de rumbo. claro! lucy, lucía. tiene sentido. estoy volviéndome loca? ..................................................................................... nada me alcanza, nada me sostiene. ..................................................................................... no importa, no importa. hablemos bajito para que la maga no se entere. yo, lucía fernandez, voy a recuperarme, y seré otra si es preciso, porque si tuviera que matar y enterrar a la maga para ser la bruja, o la princesa, o la payasa, pero feliz, lo hago.

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cassia eller - palabras