jueves, enero 11, 2007

3 – EL AMOR QUE NO PARECE AMOR

..."Ella dijo: -vos buscas algo que no sabes que es, y yo tb. Pero son dos cosas diferentes. Cuando hablas de encontrar la unidad veo cosas muy hermosas pero disecadas.- -¿Y vos sabes lo que es la unidad?- -Claro: querés decir que todo se junte en tu vida para que lo veas al mismo tiempo.- -Mas o menos. Necesitas de ejemplos y no ves lo abstracto. ¿Tu vida es unidad para vos?- -No, son pedazos de lo que me fue pasando.-"... Cap. 19. Rayuela. Julio Cortázar ******************************************************************************* paris, 15/3/54 nos conocimos en la puerta de un café sin nombre de la rue du Cherche-Midi donde acababa de comer una medialuna gorda y mantecosa. mi termómetro para medir el grado de interés de una persona a lo que digo, son las vidrieras, así que de propósito cruzaba de una vereda a la otra y notaba que él, sin ganas, me seguía. nos recorrimos todas las tiendas hasta el Chatelet, y yo sintiendo que el no se decidía a decirme que quería hacer el amor o mostrarme como un pavo real todos sus conocimientos mundanos. en un café del Boul`Mich`, comiendo mas medialunas el preguntó de mi vida, y le conté muy resumidamente mi aburrido y conflictivo mundo sudaka, y el me hacía cara de asco y de incredulidad, tanto es así que mucho tiempo después, me confesó que solo me creyó cuando una vidente le dijo entre otras asneras, que yo siempre había sufrido, y que adoraba “la noche y el Pont des Arts”, y yo lo escuché decir todas esas idioteces básicas con aire serio, y pensando que era mejor que no le hubiera pagado a la bruja, por decir lo que era tan evidente, porque quién no sufrió? y quién viene a paris y no adora el Pont des arts? ..................................................................................... ese día fuimos a un hotel de la rue Valette porque parecía que por algún motivo el no quería ir a mi cuarto, tal vez para no sentar precedente, ni que yo fuera al de él, tal vez para no interrumpir su soledad de estudiante, o no invadir, o no cortar la inspiración si en el futuro estuviera con otra. entonces fuimos a ese viejo hotel de cortinas remendadas y humedad. ..................................................................................... y el parecía no estar ya con tanto aplomo, y cerraba y abría la puerta sin parar, pero me mantuve calma, encendí un cigarrillo y esperé, quebrando el clima hablando del empapelado y de la primavera, pero el se ponía paulatinamente mas nervioso como un adolescente torpe que no sabe lo qué tiene que hacer para debutar y se reía como un tonto, y eso me hacia reír también por lo cómico de la situación, pero ví que mi carcajada empeoraba todo así que opté por ayudarlo, sentándome en sus rodillas para motivarlo, y todo fue técnicamente perfecto, pero medio como con exceso de virtuosismo y falta de verdadero amor. ..................................................................................... sentí que el creía que el sexo era importante para mí, y que debía cumplir como un relojito. y siempre fue así; la mas mínima “caricia de cariño” él la interpretaba como deseo de mi parte, y entonces se ponía el personaje de amante latino, y me hacia el amor sin amor, como un muñequito de mercurio entrando en el vaso de agua, por fuerza de la química y de la física. y creo que el se hastiaba de eso, pero creía que era lo que yo quería. ..................................................................................... pero yo no quería su sexo, o por lo menos no quería solamente su sexo, y si compartir con él, las luces rojas del neón en la obscuridad de la pared de un cuarto con mariposas celestes en el papel, y el holandés del violín, que toda primavera tocaba por unas monedas en la esquina, y el olor de cebolla frita de los ambulantes, y el silencio sin silencio del amor después de amar, y la caricia dulce y sin sensualidad de dos navegantes de la noche. ..................................................................................... pero el se perdía en sus pensamientos, como si yo no existiera, o fingía ignorarme para no darme ocasión de pedirle una transa que en realidad yo no quería, o para no tener que hablar conmigo, porque decía que yo era soberbia demás para aceptar que el tenía razón, aunque yo me transformara en una idiota diciendo a todo que sí, para no discutir, y ahí de nuevo el interpretaba cada gesto mío como que yo me sentía abandonada y humillada y comenzaba a hablarme en un idioma monkee e infantil, y me hacia cosquillas y me besaba profundo y despacio, como pidiendo perdón por el lapsus. ..................................................................................... una vez me besó distraído, mirando cualquier cosa en la pared, y de rabia lo mordí. y pareció transformarse en un sacerdote - verdugo que somete a su víctima antes de degollarla, arrancándome la ropa, me trató como una mal parida del bajo alem, refregándome en la cara su semen, y haciéndome todas las bajezas posibles para castigarme y doblegarme, sacudiéndome como una muñeca de trapo contra el gastado colchón, como si me hubiera extraído hasta la última gota de sangre. y yo lloré bajito por tanto desamor y falta de delicadeza, y falla en la comunicación, y el me miraba llorar sin decir nada, sonriendo como si interpretara que mis lágrimas eran de felicidad o agradecimiento por treinta minutos de hacerme sentir prostituta. y para empeorar, comentó un día, como al descuido, que no había vuelto a hacerme el amor de esa manera para no mal acostumbrarme a esos juegos terribles y que yo me viciase en sexo salvaje. y como me quedé mirándolo atónita y parpadeando desconcertada, dijo que no quería que me sintiera una perra apaleada y agradecida. y yo me quedé tan sin entender de dónde había sacado tal absurdo, que no respondí nada, y por su mirada vi que el realmente pensaba esa locura de mi, pero yo no conseguía articular una palabra lógica que le sacara esa imbecilidad de la cabeza. ..................................................................................... a pesar de eso, estamos juntos porque sino, pienso que perdería su cabeza, su alma, que se yo, su rumbo, porque él no sabe lo que quiere, y que me quiere, y si yo no estuviera, no podría volver a su vidita de pseudo estudiante de vaya a saber que, como si nada hubiera pasado, porque ahora ya se acostumbró a que existe alguien que lo ayuda con delicadeza a encontrar un lenguaje mas íntimo y mas simple y real, y todo eso, que creo que le voy dando despacio y sin apuro, todos los días un poquito, y sin que se de mayor cuenta, caminando con una hamburguesa por el muelle, o llevándome de bicicleta por montparnasse, o haciéndome perder los filmes de cine mudo que tanto me gustan, porque se empeña en demostrarme su beso francés que en realidad no es francés, porque lo inventó un argentino que volvía de parís. ..................................................................................... y asi voy de a poco llevándolo, entrenándolo para algún día ser espontáneo, inventando citas en cualquier barrio y a una hora medio imprecisa, para que se suelte un poco al acaso creativo, y esperando, esperando y esperando, que el encuentre aquello que busca y que no sabe qué es. ..................................................................................... dice sin mayor precisión, que busca encontrar la unidad, y yo sé lo que es esa unidad, porque la vivo todo el tiempo, pero sé que mi forma de verla no le serviría, porque el tiene que encontrar su propia definición, que busca incansablemente a través de textos de filósofos y sociólogos, pero como su vida es una teoría parcial sin realidades tangibles, se desespera y abruma y cae en la nada absoluta durante días y ahí no me habla, no come, se molesta por cualquier ruido, o visita, o existencia, y yo no tengo otra cosa que hacer que peinarme en el espejo, o fumar en la ventana, porque no tengo donde meterme en ese cuarto tan pequeño, para escribir o pintar o cantar, y entonces a veces prefiero cerrar la puerta despacio y silenciosamente, e irme. ..................................................................................... y me voy por unas horas a vivir mi propia vida, a comer papas fritas en los viejos portales del ghetto, o le pido la bicicleta a etienne para gastar energía después del boulevard jourdan, donde les llevo migas de pan a los gatos del baldío, o me subo a la casa - barca de mi amigo julien, cuya esposa me corta el cabello o conversa conmigo, como si fuera su hija, tentando disuadirme de lo que ella llama mi “causa con esos mendigos latinoamericanos”. ..................................................................................... y a veces pienso que ella tiene razón y estoy perdiendo el tiempo, y que si ellos no quieren mi ayuda, tendría que dejarlos que se las arreglen solos, pero son tan pero tan increíblemente inexpertos en eso de aprender a vivir, que siento que hasta sócrates o jesús tirarían la toalla, nada mas que yo los quiero y tengo pena y pienso que si puedo alimentar gatos huérfanos, que podrían estar solos comiendo ratones a falta de otra cosa, entonces también puedo cuidar de la psique de ellos para aliviarles la carga de sentirse tan inútiles. ..................................................................................... porque a veces están tan ocupados en diferenciar el simple sonido de una trompeta en medio de un disco rayado, que se olvidan del elemental acto de comer un plato de fideos, y alguien tiene que recordárselo, como una madre, porque si fuera por ellos, vivirían a mate con ginebra, lo que quemaría sus preciosas cargas de neuronas que dios les dio.

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