jueves, enero 11, 2007

PARTE UNO - 1 – SIEMPRE EL MISMO CIRCO

...“Así es como París nos destruye despacio deliciosamente triturándonos entre flores viejas y manteles de papel con manchas de vino, con sin fuego sin color que corre al anochecer saliendo de los portales carcomidos.”... Cap. 73. Rayuela. Julio Cortázar ..................................................................................... tanto da, si habla de París o de Búzios o de Los Angeles, porque habrá los mismos signos aburridos de decrepitud en cualquier urbe de moda. Saint Tropez, Amsterdam, Londres, Katmandu, Mónaco. ciudades ricas, o comunes o aldeas de pescadores. en todas ellas, su cuota de refugiados intelectuales que viven de dar aulas de algo o de una pensión paterna, o un amante hombre o mujer que los cree geniales y diferentes. muchos se emborrachan o se drogan, en parte para atizar el fuego de la fama de torturados incomprendidos, y en parte porque alguna voz interior les dice bajito aquello que no quieren oír y que es, que son una gran mentira y un gran fracaso. dicen que no quieren dar pena y en el fondo quieren, para que alguno se enganche en darles soporte psicológico y monetario. algunos tienen un talento (a veces, de los grandes, como Gauguin). Otros se agarran de la posibilidad de ser un talento no desenvuelto en literatura o que se yo qué. claro que ni siempre son capaces de, mientras descubren cuál será el rubro que les dará gloria, tratar de no lastimar a los que los rodean. ..................................................................................... juegos incansables de palabras, de macacos inteligentes que desperdician su sabiduría, disertando con lo que está lejos y escondiendo debajo de la alfombra de la rutina diaria, aquello que está cerca y real, vivo y tangible. ..................................................................................... palabras, palabras, palabras. bla bla sofisticado de estudiantes malcriados que no quieren agarrar la escoba ni para alimentar los hijos que, oh! aparecen, y ellos fingen que no saben cómo. (Pero, si transamos una vez sola...¿como quedaste embarazada?). ..................................................................................... se aferran al eco de su voz, a su imagen en el espejo, a su nombre en un diario, a su fama, a la mirada de sus amigos. fue tan bien moldeada su imagen simbólica, su avatar, que terminan creyendo que realmente son eso. ..................................................................................... provocan la misma sensación que en aquel filme de un avejentado grupo de rock que quiere volver al ruedo, y su cantante que araña los 55 o 60, pelo largo raleado, jeans Oxford ajustados y chaleco de piel, ensaya patéticamente ante el espejo, poses, gritos y contorsiones de una antigua fama juvenil ya desaprendida. triste parodia de lo que deberían ser y no les sale.

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cassia eller - palabras